Introducción

Resumen

La construcción social de monstruos (COHEN, 2000) y bandidos (MISSE, 2010), como antítesis de lo humano, bien, atraviesa la constitución de los Estados. Fanon (1968) ya nos habló del carácter maniqueo y totalitario del mundo colonial, donde el colonizado se estableció como maléfico, deshumanizado. Reelaborando estas lecturas, Mbembe (2017) ve cómo la construcción de la deshumanización trae separación y crea una falta de vergüenza al estigmatizar y abordar solo la posibilidad de ser visto como un ser humano para el nuestro. Es la producción de una clase de indeseables que permitirá redirigir a una parte de la sociedad al lugar de la banalidad de la violencia y la muerte, limitada a los negros - y, también, a otros grupos considerados inferiores. También hay rencor en las sociedades contemporáneas (CHOMSKY, 2017) cuando la rivalidad entre los trabajadores del neoliberalismo hace sentir sus efectos en la vida cotidiana a través del aumento de la competencia. Harvey (1993) percibe cambios estructurales significativos en el mundo del trabajo, quien señala cómo estos arreglos laborales flexibles generan una gran insatisfacción laboral, generando competencia entre los trabajadores, que comienzan a depreciar a sus competidores, emergiendo - debido a la fuerte competencia - el racismo , sexismo, machismo, xenofobia (Harvey, 2018), los sentimientos son cooptados por políticos como Donald Trump en Estados Unidos, Le Penn en Francia, Lega Nord en Italia y Jair Bolsonaro en Brasil, a través de promesas de restitución del orden y el progreso.