en parte porque la medicalización había avanzado, porque algunas medidas recomendadas por
la bacteriología doméstica se habían revelado ineficaces, y debido a que la higiene pública y
privada manejada por hombres había tomado la iniciativa. Para ese entonces se trataba de una
higiene más apegada “a las posibilidades ofrecidas por el laboratorio, los rayos X, las vitaminas,
las dietas fortificantes, las vacunas y la educación infantil, todas ellas novedades que terminaron
relegando a la higiene doméstica a un segundo plano” (ARMUS, 2007, p. 231).
Uno de los primeros manuales de este grupo fue Ciencias Domésticas. Higiene de la
alimentación y estaba escrito por la profesora del Liceo de Señoritas de la ciudad de Córdoba,
María Arcelli. El libro estaba organizado en 25 bolillas, cada una con varias lecciones y un
resumen final. Algunos de los títulos de las bolillas eran: nociones sobre la digestión, papel de
la grasa, albúmina e hidratos de carbono en la economía humana, alimentos de origen vegetal,
composición química de las frutas, alimentos de origen animal, procedimientos de conservación
y purificación de la leche, diversas clases de queso, bebidas alcohólicas, efectos del abuso del
alcohol, régimen alimenticio, higiene personal, higiene de los músculos y del esqueleto, y
toxinas que fabrica el organismo. En 1937 la autora debió editar Ciencias Domésticas.
Suplemento a la Higiene de la alimentación para adecuarse a los nuevos programas, que
contenían, entre otros temas: alimentos (nutrimiento, peso equilibrado, metabolismo, hambre y
sed, alimentación completa, regímenes, vitaminas, enfermedades por carencia), condimentos,
la cocina y las moscas, cómo destruirlas, incineración de basuras, administración sanitaria y
asistencia pública, enfermedades producidas por la leche, huevo líquido y en pasta y sus
peligros, gordos y flacos (leptolatria, lipofobia y belleza femenina, charlatanismo y sus peligros,
la mujer, el alcohol y el tabaco) (ARCELLI, 1937).
Los otros libros de texto autorizados repetían los contenidos con algunos matices y
fueron: Higiene de la alimentación de la profesora Delia Natalizio, que daba ciencias
domésticas en el Liceo de Señoritas N° 2; Higiene de la alimentación de la profesora Teresa de
L. de Fernández, quien daba clases en el colegio privado Guido Spano, adscripto al Liceo N°
1; y Nociones de Higiene de la alimentación de la profesora del Liceo N° 2 Lucía Greco.
Dado que en general los libros se parecían entre sí, pasaremos a comentar el de la
profesora Delia Natalizio [1937] (1940). Igual que hacían otras autoras, en las primeras páginas
estaban transcriptas las felicitaciones que había recibido de parte de médicos como Pedro
Escudero, Tulio Martini y Roque A. Izzo, y en notas de La Prensa, El Pueblo y La Razón. Los
comentaristas en general aseguraban que este manual era el que mejor se ajustaba a los
programas oficiales. En el libro también se encontraba el decreto firmado por el entonces