En “Los contenidos de salud en la educación primaria en México 1960-2023”, Tonatiuh
Cabrera Franco rastrea la búsqueda de estandarización de planes educativos en ese país, la cual
se logró con la creación, en 1959, de una comisión nacional encargada de los libros de texto
gratuitos y obligatorios. Analiza los contenidos de salud presentes en los libros de texto gratuito,
para lo cual revisó uno de los libros de primaria de cada una de las doce generaciones de libros
de texto gratuito, desde los primeros editados en 1960, hasta la nueva generación de libros de
texto de 2023. Muestra que la concepción de salud presentada a los niños ha variado de acuerdo
con los diferentes proyectos educativos y que éstos, a su vez, lo han hecho, dependiendo de las
perspectivas ideológicas de los gobiernos: casi siempre, desde la dimensión biológica del ser
humano; a veces, observando también su dimensión social y, en la actualidad, estudiándola
también desde lo ético, humano, comunitario y social, así como desde la perspectiva de la
determinación social de la enfermedad. Señala, por último, los retos que hay para poner en
práctica el nuevo programa.
En “Salud, higiene y alimentación en manuales escolares mexicanos de los años sesenta
del siglo XX”, María Guadalupe García Alcaraz estudia también los contenidos de salud en los
libros de texto gratuitos de México, pero sólo los de los años sesenta. Se ocupa tanto de los
contenidos de los libros como de las imágenes (en su mayoría referidos al ambiente urbano),
con los que el gobierno trataba de modificar concepciones y prácticas individuales y sociales,
y plantea la hipótesis de que debieron haberlos transformado en alguna medida. Sostiene que
los libros presentaban el mundo deseable, e invisibilizaban los problemas de las comunidades,
así como que, en ellos, había un adultocentrismo –que establecía los dispositivos de obediencia
que los niños deben seguir– y que se reproducían, igualmente, las desigualdades de género, al
hacer recaer en las niñas y sus madres el cuidado de los otros miembros de la familia.
En “Mujeres y salud en la escuela: clases de cocina, medicina casera, higiene de la
alimentación y puericultura (Argentina, fines del siglo XIX a principios del siglo XX)”, Laura
Graciela Rodríguez se ocupa de los contenidos escolares de asignaturas relacionadas con la
importancia de la salud, la alimentación y el cuidado de niños –establecidas entre finales del
siglo XIX principios del XX tanto en el nivel primario como en los liceos para señoritas y las
escuelas normales–, que fueron dirigidas sólo a las mujeres, como futuras madres y esposas,
con la intención de transmitirles que su papel era fundamental en el cuidado de la salud de la
familia. Estudia tales contenidos por medio de los manuales de economía doméstica y de
higiene de la alimentación, y plantea la hipótesis de que los funcionarios nacionales
introdujeron las asignaturas ciencias domésticas y puericultura con la intención de darles un